Frente al Manifiesto conocido en el día de hoy y leído por el señor Iván Márquez, en mi condición de ciudadano declaro:
Una vez firmados los Acuerdos de Paz entre el Gobierno Nacional y la guerrilla de las FARC-EP, el país asiste a un proceso de implementación entre dificultades e incomprensiones, que pese a ellas están permitiendo la ampliación de la democracia, la inclusión, la participación política para la acción política sin armas, y la reivindicación de las víctimas del conflicto armado.
Con ilusión los colombianos y el mundo han acogido los Acuerdos de Paz como la puerta de entrada a un periodo que permita poner fin a la lucha política con armas, cerrar el conflicto armado interno y enrumbar el país por caminos de mayor equidad, prosperidad y mejores días para todos.
Flaco servicio prestan a la paz quienes crean que los defectos, insuficiencias y precariedades en la implementación de los Acuerdos, son razón justa y suficiente para retomar las armas, o para perpetuarse en el uso de la fuerza y la violencia con propósitos políticos.
Es hora de una urgente decisión sobre la necesidad de un Gran Acuerdo Político Nacional, entre todas las fuerzas políticas con representación parlamentaria, los movimientos políticos y sociales territoriales, los gremios y las centrales de trabajadores, entre otros; para hacer del Acuerdo de Paz del Teatro Colón firmado el 24 de noviembre de 2016 el norte que conduzca al país al fin de la confrontación armada, para demandar a las partes un cabal cumplimiento e implementación de los mismos, para erradicar la violencia asociada a la política y para definir los perfiles de las reformas que el país necesita en materia de justicia, fiscal, ordenamiento y desarrollo territorial, y para un Estado eficaz, garantista de derechos que cobije y proteja a todos los ciudadanos y que haga posible cerrar el conflicto armado mediante el diálogo y la negociación.
La paz es un bien y patrimonio de la nación que se construye día a día, que para alcanzarla se requieren de las más férreas voluntades y de las más claras decisiones, para superar los retos y dificultades que surgen en el camino y frente a las cuales no se puede desmayar. Luchar por la paz, por el cumplimiento de los acuerdos y por la construcción de escenarios de convivencia y reconciliación es tarea de todos los colombianos.
Carlos Arturo Velandia J. / 29 de agosto de 2019